La correa (traílla) es un implemento esencial para todo amante de los perros, ya que impide que se mueva impredeciblemente durante los paseos, previniendo de esta forma atropellos, accidentes o conflictos con personas u otros animales. En este sentido, nuestra recomendación es que nunca esté suelto mientras camina por la calle, ya que además es una obligación legal.
El problema es que esta herramienta puede ser también muy frustrante para nuestros queridos amigos, ya que no permite que se muevan libremente por donde quieran. Por este motivo, algunos se resistirán furiosamente a estar amarrados o insistirán en acercarse a toda velocidad hacia aquel árbol que huele tan bien, olvidando que hay un humano al otro extremo de la correa.
Enseñarles, por lo tanto, a caminar tranquilamente sin tirar, ahorcarse o resistirse, es esencial para lograr paseos tranquilos que puedan ser disfrutados por toda la familia.
Antes de empezar
Lo primero es contar con las herramientas adecuadas, es decir, un collar ajustable que sea del tamaño correcto y una buena correa del largo adecuado para que se distribuyan bien las fuerzas. Durante la etapa de entrenamiento, no es aconsejable el uso de arneses, ya que dificultan la enseñanza y promueve aún más el indeseado tirón.
Junto a esto, es esencial contar con golosinas apropiadas (y saludables) a mano para premiar al perro y un clicker si es que ya se acostumbró a usarlo.
Los primeros paseos de entrenamiento deben ser cortos y enfocados en el refuerzo positivo, intentando que se mantenga a un solo lado para que se acostumbre a ello. Es importante que el lugar por donde circulen sea apropiado y ayude al entrenamiento, es decir, no genere demasiada ansiedad o temor en el perro.
Elimina los tirones
1. Si tu perro comienza a tirar incansablemente, détente y espera a que deje de hacerlo antes de continuar. No importa cuán efusivo, energético, loco o entusiasta sea, al cabo de un momento dejará de hacerlo e incluso te mirará para saber qué está pasando.
2. En el instante en que deje de tirar, prémialo con una golosina (si usas el clicker, acciónalo antes de entregarle su recompensa).
3. Comienza a caminar y vuelve al primer paso si es que los tirones se reanudan. Si mantiene la correa suelta, prémialo en intervalos de tiempo para que asocie la recompensa a su forma de caminar tranquila.
4. Una alternativa a detenerse es dar la vuelta y caminar en sentido contrario. De esta forma, le enseñarás que a pesar de que tire con fuerza, no logrará llegar a donde quiere.
Caminen juntos
Además de no tirar, un perro necesita permanecer a tu lado (el izquierdo es el oficial en competencias y centros de entrenamiento). Si el tuyo ese de esos que se cruza de lado a lado haciéndote tropezar, sigue los siguientes pasos.
1. Mantén corta la correa para que no tenga espacio para moverse hacia otros lados. Ten cuidado de no ahogarlo y jamás llegues al punto de tener que arrastrarlo.
2. Al mismo tiempo, utiliza golosinas para atraerlo a un lado específico y mantener fija su atención en ese lugar.
3. Una vez que se mantenga en el lugar, prémialo. Al principio hazlo en el minuto en que logre estar tranquilo, y luego aumenta los intervalos de tiempo a medida que se vaya acostumbrando. Con cierta práctica, podrás también ir alargando la correa para darle un poco más de espacio.
Cuando ya consigas algo de experiencia, puedes considerar cambiar de correa y buscar alguna que se adecúe más a tu realidad. Existen modelos que te darán una ayuda extra para los tirones, por ejemplo aquellas que se ajustan a la cabeza del animal, u otras que son especiales para salir a trotar. El mercado en este sentido es amplio y tendrá una alternativa para lo que estás buscando.
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