Nuestro deber como padres adoptivos es siempre velar por la salud de nuestros animales, observándolos en todo momento y actuando con rapidez en casos de emergencia. Esta primera reacción, sumada al esfuerzo de profesionales calificados y una infraestructura adecuada, es lo que permite salvar vidas en casos de difícil diagnóstico.
En marzo de este año, Trinidad Viteri sacó a pasear a sus dos perros bulldog francés, Otto y Julieta, como de costumbre. Al llegar a la plaza, los soltó para que corrieran libremente, pero a los pocos minutos notó que Otto estaba en mal estado. "Estaba muy agitado, sus mucosas estaban azuladas y al poco rato comenzó a vomitar", recuerda Trinidad.
Su primera reacción fue llevarlo a su casa y mojarle los pies con agua fría. "Ya que hacía mucho calor, pensé que podía ser un shock térmico. Además, antes ya había tenido un episodio similar y el agua lo había calmado rápidamente".
Sin embargo, esta vez no se produjo ningún cambio y el estado del animal en pocos minutos empeoraba, por lo que decidió llevarlo de urgencia a la Clínica Veterinaria Las Condes para que evaluaran su condición. Al llegar, ingresaron inmediatamente a Otto y le suministraron oxígeno. Debido a la condición crítica del animal, lo sedaron e intubaron.
Una vez estabilizado, se iniciaron los primeros exámenes para determinar la causa de esta crisis respiratoria. Debido a que Clínica Veterinaria Las Condes cuenta con su propio laboratorio de imágenes, pudieron determinar rápidamente mediante una radiografía que los pulmones de Otto estaban llenos de líquido, por lo cual se realizó una primera punción pulmonar.
Se desarrolló también una ecografía cardíaca, ya que, como explica el doctor Rodrigo Montoya, "una patología en el corazón es la causa más común de un edema pulmonar como el que presentaba Otto". Sin embargo, el examen descartó cualquier anomalía de este tipo y el diagnóstico continuó siendo desconocido hasta el día siguiente.
Durante esa noche, se administraron diuréticos que lograron disminuir en parte el líquido que le impedía oxigenarse correctamente. "Los diuréticos ayudan a disminuir la cantidad de líquido que se observa en el pulmón, para que el paciente pueda respirar con mayor libertad", agrega el doctor Montoya.
"A la mañana siguiente, le retiraron el tubo y los sedantes para observar su evolución, la cual fue favorable, ya que logró respirar por sí solo, aunque débilmente", explica Trinidad.
Gracias a que el paciente se encontraba en un estado levemente mejor, fue posible practicar una endoscopía, un examen que consiste en ingresar una cámara por el tracto respiratorio y así observar cualquier tipo de anomalía. El resultado de esa exploración fue sorprendente: "al interior de sus pulmones Otto tenía un puñado de granos de arroz y jugos gástricos que habían desencadenado una respuesta inflamatoria severa por parte de su organismo, lo que a su vez había provocado una neumonía por aspiración y posiblemente el edema pulmonar", nos explica el doctor Montoya. Dónde, cuándo y bajo qué circunstancias se había producido la aspiración es un misterio.
Una vez obtenido el diagnóstico, se le realizó un lavado, se mantuvo en observación y a los 4 días fue dado de alta con un tratamiento de antibióticos y con la única restricción de hacer ejercicio por 7 días. Al cabo de 2 semanas, Otto ya se encontraba completamente recuperado.
El éxito de este caso radica en el esfuerzo conjunto de médicos especializados, de las herramientas técnicas disponibles para realizar los procedimientos y de la acertada acción de Trinidad al trasladar a Otto rápidamente a la Clínica. La importancia de contar con dueños de mascotas comprometidos, con personal médico de primer nivel y con laboratorios propios que permitan establecer diagnósticos rápidamente quedó de manifiesto en este complejo escenario.